Follando con mi hermana

La historia que os quiero contar sucedió hace ya unos cuantos años, cuando todavía vivía con mis padres y acababa de empezar a trabajar.

Mis padres, como buenos jubilados, estaban en la casa de la playa pasando todo el verano y mi hermana María y yo recién empezados a trabajar, estábamos solos en casa.

Mi hermana es una chica dos años mayor que yo, morena, alta y con un cuerpazo de los que dan miedo, y por las veces que salíamos juntos de fiesta, una chica a la que le gustaba el sexo más que a un niño un caramelo...

Yo llegue una tarde de trabajar a casa y estaba mi hermana viendo la tele. Después de un rato de conversación intranscendente me dijo:
-He estado esta mañana en el médico y me ha dicho que tengo una infección en el ano.
Yo pensé: el cabrón que te follaste ayer, a saber qué te ha contagiado, pero me mordí la lengua y le contesté algo del tipo: “Y es grave?”
-No, sólo m*****o y con un tratamiento de una semana se me quita. Lo que pasa es que he ido esta mañana y me ha atendido un enfermero y he pasado una vergüenza tremenda.
-Pero en qué consiste el tratamiento.
-Poca cosa, un enema y una cremita en el interior del ano con un masaje.
-A tus años te da vergüenza que te metan un dedo en el culo?
-No lo que pasa es que me gusta tanto que me he corrido dos veces y le he puesto la camilla perdida...

Empecé a imaginarme la escena: el culito apretado y precioso de mi hermana en pompa y al enfermero masajeándoselo y me entró un calentón tremendo. Así que le contesté:
-Si ese es el problema, no te preocupes, que el siguiente te lo hago yo.
-De verdad lo harías?
-Si claro, que para eso son los hermanos y además, delante de mi no tienes que avergonzarte.

Así quedó la cosa hasta después de cenar que me dijo:
-Como mañana por la mañana estás trabajando, que te parece si hacemos mi tratamiento por la noche?
Yo le conteste que por mi parte sin problema sintiendo como se me empezaba a poner dura otra vez.

Nos fuimos a su habitación y allí se quitó el pantalón que llevaba y un tanguita negro que realmente no tapaba nada... Allí tenía yo a mi hermana: desnuda y a punto de abrir su culito para mi, con lo que el calentón era ya inaguantable y a todas vistas evidente. Ella no dijo nada y se puso a preparar el enema.

Una vez listo, me dijo, métemelo con suavidad y aprieta despacito, que entre poco a poco el líquido. Y dicho y hecho se me puso a cuatro patas en la cama dejándome una vista impresionante de su chochito y un culo que quita el hipo..

Yo dispuesto a no dejarme llevar por la situación, adopté mi pose más profesional y me concentré en la tarea del enema, pero al acercarme más pude oler lo realmente caliente que estaba.
-Joder, si que te pone caliente, si todavía no he empezado! Exclamé.
-Ya te lo he dicho, dos veces me he corrido en cinco minutos con el enfermero esta mañana. Me moría de la vergüenza.

Le unté un poquito de saliva en el ojete, para que entrase mejor el enema y ella empezó a gemir.
-Tranquilízate que así no voy a poder hacerlo.

Metí poco a poco el enema como me había dicho y le apreté hasta que salió enterito. Entretanto, ella seguía gimiendo y un brillo delatador en su rajita me indicaba que estaba realmente mojada.

Acabada la operación, me dispuse a darle el masajito con la pomada que le habían recetado. Ella no hacía más que moverse y gemir cuando le vino el primer orgasmo...
-Así no voy a poder!! Relajate y deja que me ocupe también de tu coño pero no te muevas. Le solté pensando que me iba a mandar a tomar por algún sitio lejano...
Mi sorpresa fue que separó más las piernas sin decir nada. Así que me puse a masajear chocho y culo a la vez. Ella aguantó dos segundos quieta antes de empezar a gemir y a moverse como una loca, pero a mi ya me daba igual, tenía un calentón que me iba a reventar la polla en el pantalón.

Al cabo de los cinco minutos de masaje, tres corridas más por su parte y unas sabanas listas para la lavadora, di por terminado mi trabajo.

Ella se dio la vuelta y me dijo:
-Ahora me toca darte las gracias y viendo el bulto que te ha salido en el pantalón creo que se la mejor manera...

Me bajó el pantalón y el calzoncillo de un tirón y sentada en la cama empezó a mamar con ganas. Yo estaba tan caliente que a los dos minutos noté que me corría y le pregunté si quería dentro o fuera.
-Dentro por supuesto. Me contestó.
Le solté una carga de leche como no había echado nunca y no se le escapó nada más que una gotita por la comisura, todo lo demás se lo tragó sin dejar de mamar,

A partir de ese momento pasamos un mes follando desde que llegábamos a casa del trabajo hasta la hora de irme yo por la mañana que me iba el primero. Ahí descrubí que mi hermana era realmente tan golfa como siempre había imaginado.

Han pasado ya más de 10 años de aquello, pero debo decir que nunca he disfrutado del sexo como con mi hermana.

María si lees esto: GRACIAS por aquellos días.
Đăng bởi pusssyeater2
12 năm trước đây
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Buenisimo
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manolo_bolo
Muy bueno, morboso
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